13.05.2022
13.05.2022
La azitromicina es miembro del grupo de antibióticos macrólidos-azalidos, que tienen una amplia gama de acción antimicrobiana. El mecanismo de acción de la azitromicina es inhibir la síntesis de proteínas bacterianas al unirse a la subunidad 50S de los ribosomas y prevenir la translocación de péptidos sin afectar la síntesis de polinucleótidos.
La prevalencia de resistencia adquirida de especies aisladas puede variar según la zona, por lo que es conveniente contar con información local sobre resistencia, especialmente en el tratamiento de infecciones graves. Si es necesario, consulte a un experto si la resistencia es tan frecuente en el área que la utilidad del fármaco en al menos varios tipos de infecciones es cuestionable.
Cuando se toma por vía oral, la azitromicina se distribuye por todo el cuerpo. Penetra bien en el tracto respiratorio, órganos y tejidos del sistema genitourinario (incluida la próstata), piel y tejidos blandos. La concentración de la droga en tejidos y células es 10-100 veces mayor que en la sangre.
Infecciones causadas por microorganismos sensibles a la azitromicina:
El medicamento, nombre comercial Zitromax, no pueden tomar los pacientes que tienen hipersensibilidad a los componentes del medicamento, a otros antibióticos del grupo macrólido / cetólido; insuficiencia hepática o renal grave, insuficiencia hepática, bradicardia grave, arritmia, insuficiencia cardíaca grave; uso simultáneo con derivados del cuerno (posibilidad de ergotismo).
Al igual que con la eritromicina y otros antibióticos macrólidos, se han informado reacciones alérgicas graves aisladas, que incluyen edema angioneurótico y anafilaxia (rara vez fatal). Algunas de estas reacciones inducidas por azitromicina causaron síntomas recurrentes y requirieron un seguimiento y tratamiento más prolongados.
Dado que el hígado es la principal vía de excreción de azitromicina, la azitromicina se debe utilizar con precaución en pacientes con enfermedad hepática grave. Se han notificado casos de hepatitis fulminante que causan insuficiencia hepática potencialmente mortal con azitromicina. La función hepática debe controlarse si se desarrollan signos y síntomas de disfunción hepática, como astenia de rápido desarrollo con ictericia, orina oscura, tendencia al sangrado y encefalopatía hepática.
Debido a la falta de datos sobre la seguridad de la azitromicina, no se recomienda prescribir el medicamento durante el embarazo o la lactancia, a menos que el efecto positivo esperado en la madre supere el posible riesgo para el feto/niño.
La azitromicina debe usarse con precaución en pacientes que reciben otros medicamentos que pueden prolongar el intervalo QT.